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Felipe Pigna: «Cuando murió Martín Miguel de Güemes hubo festejos en Buenos Aires»


«Cuando murió Güemes, el órgano oficial de los unitarios rivadavianos, que es la Gaceta -en ese momento manejada por ellos- dice ‘Murió el abominable Güemes. Ya tenemos un cacique menos’. O sea, hubo festejos en Buenos Aires de parte de los unitarios por la muerte de Güemes», dijo el escritor en conversación con Télam.

POR MERCEDES EZQUIAGA
Ubicado en el ranking de los más vendidos desde su reciente publicación, el libro «Los Güemes», del historiador Felipe Pigna, propone una fascinante y rigurosa biografía del militar y político salteño, el único general argentino que murió en combate durante la Guerra de la Independencia y quien con sus gauchos resistió victoriosamente nueve invasiones realistas, pero tuvo que dar pelea -además de a los invasores extranjeros- a la oligarquía salteña que veía con recelo el empoderamiento de esos hombres y mujeres humildes y al gobierno porteño, preocupado por acotar el poder del caudillo.
El hombre que a los 20 años protagonizó la hazaña de tomar un buque a caballo durante la invasiones inglesas, el amigo de José de San Martín y confidente de Manuel Belgrano, el caudillo salteño recordado como «el padre de los pobres» es retomado en toda su dimensión en el flamante libro de Pigna, «Los Güemes y la guerra de los infernales» (Editorial Planeta), donde también se ocupa de retratar a las valientes mujeres de su círculo: su madre Magdalena, su amada Carmencita Puch y su hermana Macacha.
A lo largo de estas páginas, el historiador se zambulle en la historia del hombre que adhirió de inmediato a los ideales de la Revolución de Mayo, que para defender y liberar a su patria armó en Salta una estructura militar con gauchos llamados «Los infernales», que resistió victoriosamente nueve invasiones realistas: una figura esencial en la defensa de la patria pero tardíamente reconocida por la historiografía nacional. Incluso, revela el autor de «Los mitos de la historia argentina», el escritor José Hernández nombró al «Martín Fierro» en su honor, casi como emblema del gaucho definitivo.
Pero además, desde su narración, el historiador cuestiona cierto canon histórico, que ha privilegiado narrar los sucesos de la Argentina desde una mirada porteñocéntrica que justamente han empañado los logros de figuras como Güemes, entre muchas otras: «Cuando murió Güemes, el órgano oficial de los unitarios rivadavianos, que es la Gaceta -en ese momento manejada por ellos- dice ‘Murió el abominable Güemes. Ya tenemos un cacique menos’. O sea, hubo festejos en Buenos Aires de parte de los unitarios por la muerte de Güemes», expresó Felipe Pigna en una entrevista con Télam.
– ¿Por qué se tardó tanto tiempo en reconocer a Güemes como un héroe de la independencia en la misma medida que otros como Belgrano o San Martin?
– Creo que porque es un prócer por decirlo así del interior, digamos. La palabra interior ya de por sí es una palabra horrible porque ¿el interior de qué? Todo el país es uno y no hay interior y exterior, pero ahí ya hay un sesgo de hablar desde el puerto. Todo lo que no es el puerto es interior. Ahí ya tenemos una definición en cuanto  a quiénes y qué es la historia nacional, que se supone que es únicamente la historia que pasa en Buenos Aires o vinculada a Buenos Aires y así podríamos continuar. Como esa idea de «el último pueblo de la Argentina» que en realidad debería ser el primero porque es un pueblo de fronteras seguramente. O sea que hay una cuestión de lenguaje que, los que somos foucaultianos, le damos mucha importancia porque el lenguaje nomina y determina también, entonces me parece que es importante hablar con propiedad y ver hasta qué punto ese lenguaje, esa cuestión ideológica, ha determinado la lectura de la historia donde gente tan extraordinaria como Güemes que sin duda tiene que estar a nivel de San Martín, de Belgrano, pero pasó a un segundo plano. Y fue negado incluso explícitamente: cuando el año 1907 se hace el panteón oficial de próceres se lo quita por su condición de gaucho, se dice literalmente así. Entonces imagínate todo lo que todavía hay que luchar porque, bueno, tenemos un feriado, tenemos un mayor reconocimiento, pero me parece que es muy importante que pase a integrar la nómina de los grandes hombres y mujeres de nuestro país.
– ¿O sea que todavía no está ubicado a la altura de San Martín o Belgrano?
– Creo que no y el libro tiene esa intención, esa pretensión, de ubicarlo entre los grandes como realmente merece. Me parece que está esa deuda pendiente con una persona a la que le debemos gran parte de la de la integridad territorial argentina.
– En ese sentido, dijiste que sin Güemes, Argentina se terminaba en Córdoba.
– Con suerte terminaba en Córdoba. Porque el norte estaba defendido casi exclusivamente por él, por todo el dispositivo de la guerra gaucha, de aquellas mujeres y de aquellos hombres que dieron su vida para poder sostener la integridad territorial argentina. Y si no hubiera sido por ellos -si hubiera sido por la voluntad del gobierno de Buenos Aires, del directorio y esos gobiernos porteños- no hubiéramos tenido la extensión territorial al norte que tenemos hoy.

Foto prensa

Foto: prensa

– A Güemes se lo relacionó siempre, antes que con la guerra gaucha, con la valentía de haber tomado a a caballo el buque Justine, cuando él tenía 20 años, durante las invasiones inglesas.
– A partir de que hicimos «Algo habrán hecho por la historia argentina», el programa con Mario Pergolini, donde contamos esa anécdota y mucha gente se prendió y dijo ‘qué groso’ porque habla de un temprano coraje, de una temeridad absoluta, de una persona que decide junto a un grupo de jinetes tumbar un barco artillado. El Justine era un barco muy importante que tenía 100 tripulantes y 22 cañones. No era sencillo tomarlo. Y ese acto de arrojo le vale su ascenso, le vale incluso la felicitación del Rey de España en aquel momento, Carlos IV, que lo nombra gran defensor de Buenos Aires. Es una anécdota fundacional, en el sentido de por dónde va a ir este muchacho, de su coraje y su capacidad estratégica, porque por otra parte no fue una acción de locura, el tipo se la pensó muy bien como todo lo que va a hacer. Una de las cosas que San Martín reconoce en él es su extraordinaria capacidad estratégica organizativa. Y San Martín, un tipo de una experiencia militar extraordinaria, le confía la defensa de la frontera norte, como dice él, con toda tranquilidad entendiendo que va a ser la persona más eficiente en ese rol.
– Incluso su rol fue clave en el cruce de los Andes, que no hubiese sido posible sin Güemes.
– San Martín dice que sin los gauchos de Güemes no hubiera sido posible el cruce porque realmente el rol que tienen estos gauchos es frenar a los ejércitos que están bajando desde el Alto Perú; distraer a esos ejércitos que tenía como objetivo abortar la misión de San Martín y llegar a Buenos Aires a terminar con la revolución. Sin esa acción de esos años extraordinarios de Güemes de 1812 a 1821 no se hubiera concretado la hazaña del cruce, sin ninguna duda. Güemes y sus gauchos resistieron victoriosamente nueve invasiones españolas de ejércitos que tenían un promedio que iba de 4.000 a 6.000 combatientes, con oficiales que venían de ganarle a Napoleón en España.

«Güemes y sus gauchos resistieron victoriosamente nueve invasiones españolas de ejércitos que tenían un promedio que iba de 4.000 a 6.000 combatientes, con oficiales que venían de ganarle a Napoleón en España»

– En el libro explicás que Güemes era un hombre ilustrado y que al mismo tiempo tenía la habilidad de saber cómo dirigirse a los gauchos y a los sectores populares. ¿Le han criticado su perfil carismático?
– Sí, se lo critica Paz que era un tipo muy conservador y unitario, que criticaba «el populismo» de Güemes. Pero su carisma era absoluto y eso tenía que ver con que lo veían como uno de ellos. Porque él estaba luchando a la par de ellos habiendo sido un tipo de familia de mucho dinero, un terrateniente que lo va dejando todo para ponerse al mismo nivel que esos gauchos en la lucha por la independencia. Es muy impresionante también porque él se podía haber quedado tranquilo -como gran parte de sus compañeros de clase que directamente decidieron pactar con el enemigo- pero en cambio pone en juego todo lo que tenía, dejando de lado las comodidades de una vida holgada, y se decide por la revolución, igual que su hermana Macacha.
– ¿Cómo nace el calificativo de «Los infernales»? ¿Quién los bautiza así?
– Es muy lindo el calificativo porque la verdad que suena muy a «Game of Thrones» (risas). La guerra de «Los infernales» tiene que ver con dos cosas: por un lado el color de los ponchos rojos que usaban los gauchos pero fundamentalmente también con lo que decían los españoles: los oficiales españoles decían que estos gauchos hacían de su vida un verdadero infierno. No sabían nunca cuándo iban a ser atacados, de día, de noche, de madrugada, con qué táctica, entonces eran los infernales realmente. Y pasó a ser un calificativo positivo dicho por ellos, como un símbolo de resistencia.

Foto prensa

Foto: prensa

– ¿Cómo es leído el hecho de que Güemes creara un fuero judicial especial para los gauchos, ya que cuando iban a las guerras independentistas los terratenientes los demandaban judicialmente por abandono de tareas?
– Eso es maravilloso porque habla de la inteligencia de este hombre que era un tipo tremendamente culto, cosa que se ve por ejemplo en la redacción de sus cartas, que tienen giros muy refinados y citas a autores clásicos. Este personaje que entiende la política como un todo le da mucha importancia a lo jurídico y se da cuenta que hay una treta que están llevando adelante los terratenientes salteños, algunos de ellos por lo menos, que es demandar a los gauchos cuando van a pelear con los infernales y los enjuician por abandono de tareas, entonces Güemes decide crear un fuero -así como había un fuero eclesiástico o un fuero militar, bueno, un foro gaucho-, una cosa extraordinaria que habla de de su carácter de absoluto revolucionario. Y fue algo completamente inédito. No existía en América. Es un invento de Güemes que realmente los protegió y que lamentablemente se extrañó tras su muerte, cuando fue anulado.
– ¿En qué medida la historia de Güemes se escribe con los que estaban de su lado y en cuánto con los que eran sus enemigos?
– Evidentemente hay mucho más escrito en contra que a favor de Güemes y ahí está la tarea del historiador de desbrozar la paja del trigo, por usar un término bíblico. Y sí, hay mucho escrito por los porteños -de Rondeau, Posadas, Alvear, Rivadavia- en contra de Güemes y no tanto a favor. Así que es muy interesante poder documentar esta cuestión para hacer justicia. Pasa muchas veces cuando uno ve que ciertos personajes critican a otros personajes históricos es porque tiene que haber hecho algo, como decíamos en el programa televisivo, que tomábamos esa frase maldita de la dictadura pero le dábamos un sentido positivo. Algo habrá hecho San Martín, algo habrá hecho Belgrano, algo habrá hecho Güemes, algo habrá hecho Juana Azurduy para merecer tanto agravio a lo largo de la historia.

Fuente: Télam