Santa Fe fue la provincia que lo vio nacer y morir. Carlos Guastavino llegó a una familia de músicos: su padre, Amadeo, tocaba la guitarra; su madre, Josefina, el mandolín; su tío, el clarinete, y su hermano mayor, José Amadeo, el piano. Tercero de seis hermanos, que apenas con cuatro años de edad, siendo discípulo de la pianista Esperanza Lothringer, debutó en el Teatro Municipal en la interpretación de una pequeña composición para dúo de violín y piano escrita por ella.
Su estilo musical -fuertemente influenciado por el romanticismo del siglo XIX- lo llevó a distanciarse de los compositores modernos argentinos, como Alberto Ginastera. Su talento no tardó en quedar a la vista: interpretó sus obras para piano en Londres en 1947, 1948 y 1949 invitado por la BBC, y como receptor de una beca del British Council. Durante esos años, la Orquesta Sinfónica de la BBC estrenó una versión orquestal de sus Tres Romances Argentinos. Además, Guastavino realizó una gira por la Unión Soviética y China interpretando sus piezas para voz y piano.
Grandes compositores y músicos, como el guitarrista salteño Eduardo Falú, dedicaron un disco completo a las canciones de Guastavino y a obras para piano, «Bailecito» entre ellas, más las dos de las diez cantilenas «Santa Fe antiguo» y «Santa Fe para llorar». Y con la Camerata Bariloche, las tres partes de «Jeromita Linares».
Carlos Guastavino es una de las figuras de la música argentina más conocidas en el mundo entero. Aprendió música antes que a escribir. Cuando vio que tenía habilidad para el piano, su hermano lo mandó a una profesora alemana. Debutó como pianista a los 4 años en el Teatro Municipal. Interpretó una composición para dúo de violín y piano escrito por la pianista Esperanza Lothringer, quien fue su mentora.
Musicalizó versos consagrados como “Se equivocó la paloma” de Rafael Alberti, versión que popularizó en el mundo de habla hispana Joan Manuel Serrat con su interpretación aparecida en 1969. Del mismo modo, “La Tempranera” compuesta por el santafesino y grabada por Eduardo Falú, junto a “El Bailecito” o “La rosa y el sauce”, son algunas de sus composición que sobresalen en el imaginario musical argentino.
Las poesías elegidas por Guastavino evidencian su formación cultural y sus intereses literarios. Los poetas españoles ocupan un lugar privilegiado. No sólo se interesa por poetas de su siglo, como Rafael Alberti, Luis Cernuda, Lorenzo Varela, Manuel Altolaguirre, sino del siglo XVII, José Iglesia de la Casa, del Siglo de Oro, Francisco Quevedo, y la poesía anónima del romancero español. También ocupan un lugar significativo algunos poetas latinoamericanos como Gabriela Mistral, Juana de Ibarbouru, Pablo Neruda, Jorge Luis Borges y otro santafesino, José Pedroni. Compuso más de 150 canciones para voz y piano, y otras tantas obras para solo de piano y guitarra, partituras corales y de música de cámara.