- Nació un 14 de diciembre en 1887 y murió en 1963.
- Fue un artista múltiple, un verdadero renacentista.
- Por qué Borges rescató su legado.
Por Felipe Pigna
Xul Solar fue mucho más que un artista plástico: fue un alquimista cultural que transformó la Argentina del siglo XX. Su vida, marcada por la experimentación, el misticismo y la amistad con Borges, revela una figura tan compleja como fascinante.
Oscar Agustín Alejandro Schulz Solari nació el 14 de diciembre de 1887 en San Fernando, provincia de Buenos Aires. Hijo de padre alemán báltico y madre italiana, su identidad multicultural se reflejaría en toda su obra.
La familia se muda de San Fernando a la Capital y estudia en el Colegio Nacional Sección Norte de Palermo y comienza a colaborar con su padre, ingeniero de la Penitenciaría Nacional. Ingresa en 1905 a la Facultad de Arquitectura pero abandona los estudios en la mitad de la carrera.
En la casa familiar se leía mucho, se disfrutaba de la música de Wagner y Bach y se organizaban pequeños conciertos de citara y piano a cargo del padre y el abuelo de Xul, que se convertirá en un buen intérprete de ambos instrumentos.
Exposición Xul Solar pintor Panactavista, en el Museo Nacional de Bellas Artes en 2017. / Archivo Clarín
Comienza a frecuentar la bohemia porteña, se hace amigo de Juan de Dios Filiberto y de Vicente Scaramuzza.
Cumple el sueño argentino del viaje a Europa. Entre 1912 y 1924, vivió en Londres, París y Milán, donde absorbió las vanguardias artísticas: futurismo, simbolismo, expresionismo alemán y surrealismo.
Su nombre artístico, “Xul”, es “luz” al revés, y condensa su búsqueda espiritual y estética: iluminar desde lo oculto. Fue pintor, músico, astrólogo, esoterista, inventor de lenguas y utopías. Su obra no se limita a lo plástico: es una cosmovisión que atraviesa la cultura argentina del siglo XX.
Xul Solar pintó mundos que no existen, pero que podrían existir. Sus obras están pobladas por escaleras, seres híbridos, arquitecturas imposibles, signos astrológicos y lenguas inventadas. Creó el panajedrez, el neocriollo (una lengua que fusiona español y portugués) y el panlengua, una lengua universal. Su arte es una síntesis de misticismo, ciencia, política y estética.
No buscaba representar la realidad, sino transformarla. En ese sentido, su obra dialoga con el pensamiento utópico de Barón Biza, quien en sus novelas (El derecho de matar, La mujer de medianoche) también propone una crítica feroz al orden establecido, desde una estética provocadora y existencial.
Un artista múltiple
Su obra pictórica, cargada de símbolos buscaba representar un mundo espiritual y utópico. Su estilo se inscribe en la abstracción geométrica y el arte figurativo, pero con una impronta única, profética.
La relación con Jorge Luis Borges fue profunda y duradera. Se conocieron en los años ‘20 y compartieron una visión crítica del mundo racional. Borges lo describió como “hombre versado en todas las disciplinas, curioso de todos los arcanos, padre de escrituras, de lenguajes, de utopías”.
Una obra de Xul Solar exhibida en una muestra en el Museo Nacional de Bellas Artes en 2017. / Archivo Clarín
Los dos desconfiaban del saber humano y de cualquier orden impuesto por el pensamiento. Mientras Borges exploraba el infinito desde la literatura, Xul lo hacía desde la imagen y el símbolo.
Xul Solar fue parte del círculo de Macedonio Fernández, el mentor filosófico de Borges, y frecuentó a Adolfo Bioy Casares, Victoria Ocampo y otros miembros de la élite intelectual porteña.
Su casa en Tigre, hoy museo, fue un centro de reunión para debates sobre metafísica, arte y política. Aunque nunca se alineó con partidos, su pensamiento utópico y espiritual lo colocaba en una posición crítica frente al materialismo dominante.
Falleció el 9 de abril de 1963 en Tigre. Su legado fue rescatado por Borges y por instituciones como la Fundación Pan Klub. Hoy, Xul Solar es considerado uno de los artistas más originales de América Latina, un verdadero renacentista moderno que soñó con una humanidad más elevada, más simbólica, más libre.
Fuente: Diario Clarin