“Cada día canta mejor”, aseguran quienes mantienen vivo el mito del cantor nacido en 1901 y que pasó a la inmortalidad el 24 de junio de 1935. El mausoleo que guarda sus restos y que acaba de ser restaurado volverá a ser el epicentro de los festejos y homenajes
Una de las preguntas más frecuentes que recibe un gardeliano es si esa pasión es heredada. Sorprende, en mi caso, saber que me convertí en fan de Carlos Gardel en los últimos 10 años, al leer y conocer más su historia. Si bien siempre lo había admirado, no podía considerarme como tal. Esta postura de admiración hacia una persona, se debe a las diferentes vivencias que a cada quien le han tocado en suerte en la vida, y esto varía según la época.
Argentina es un país que despierta todos los sentimientos: desde el amor al odio en un cerrar o abrir de ojos. Y existe siempre una persona en el medio de la polémica, muy propias de los argentinos que se suceden desde hace varias décadas, por no decir desde siempre…. Pero lo asombroso es que Gardel no tuviera detractores y que nadie arrastrara temas pendientes contra él; algo muy poco frecuente entre los más famosos argentinos.
La generación que sucedió a esos primeros fans recibió el recuerdo de la admiración y el cariño que el incomparable cantor generó en sus padres o abuelos. Pero las siguientes, lejos de los primeros, perciben las razones de ese fenómeno no solo a través de sus interpretaciones, de más está decir excepcionales, sino en el análisis de su vida y su trayectoria, en la que descubren ese intransferible encanto: la mágica esencia que los hace enorgullecerse de un compatriota que trascendió las fronteras de su patria.
Esto fue lo que le sucedió a quien escribe cuando comenzó a estudiar esa vida desde la búsqueda de la etimología de las famosas frases intergeneracionales como “¡Sos Gardel!”, “¡Andá a cantarle a Gardel!” y “¿Te crees que sos Gardel?”, que muchas veces escuchamos sin que conlleva una meteórica carrera que lo llevó a convertirse en el más exitoso sudamericano de la época en el mundo occidental.
Detrás del hoy mito está la historia de por qué Gardel es “Gardel” y los hechos que lo hicieron ser quien fue. Esos acontecimientos pueden hacer comprender por qué a 87 años de su desaparición física y 131 de su nacimiento, millones de gardelianos en todo el mundo seguimos hablando de él y escuchándolo.
Un breve recorrido en la vida del Zorzal
Tras su llegada a Buenos Aires, en 1893, aquel niño morocho creció pasando gran parte de su tiempo en la calle y buscando la oportunidad de hacer algún dinero para ayudar a su madre. En la adolescencia, solía frecuentar bares y teatros mezclándose con payadores que tuvieron gran influencia en su estilo y en la elección de su repertorio criollo. Ocasionalmente, se reunía con amistades no muy santas, que le ocasionaron dificultades con la policía.
Guiado por su pasión, cantar, comenzó su carrera artística haciéndose conocido en las zonas del Abasto, La Boca, Avellaneda y Constitución, y gracias a su talento natural (sumado a su afán por aprender y a su trabajo constante), luego de haber probado suerte en diferentes agrupaciones, consolidó su unión con José Razzano a fines del año 1913, cuando iniciaron el reconocido dúo.
Fueron un éxito: repertorio original de canciones criollas, tomaron poemas gauchescos de otros autores y les añadieron una melodía propia, presentaron sus canciones en sainetes criollos (clásicos del teatro rioplatense) o durante los intervalos en las proyecciones de las películas mudas. Años más tarde, iniciaron sus primeras giras oficiales por Uruguay y Brasil, cosechando gran éxito como embajadores artísticos de la revolución intelectual que se estaba gestando en el Río de La Plata.
Ya consolidado el dúo y su figura, en una entrevista realizada en Madrid, el 1º de enero de 1929, Gardel admitía: “El tango-canción es casi reciente. Es netamente porteño, es decir, de Buenos Aires; y ¿quién sino yo iba a ser el primero en cantarlo?”.
El reportero, sorprendido, le preguntó qué edad tenía. “Yo, amigo, no soy tan joven… ¡Bah! Ni tan viejo tampoco… Tengo más de diez y no he llegado a los ochenta… ¡Qué esperanza! Yo soy, sí, el creador del tango, de esa canción que apasiona a mi tierra y que aquí tanto gusta. Mi triunfo y mi popularidad hicieron salir miles de cantores nuevos. Pero, compadre, soy un punto alto de matar y no me entrego así nomás. ¡Qué diría mi viejita, mi madre, si le mataran a su Carlitos! ¡No, no! Es cuestión de amor propio, sabés. Primero yo, mientras pueda, y aunque ya no pudiese más, siempre me quedaría algo para cantarle a esa viejita que está allá, en Buenos Aires”.
En 1919, el dúo Gardel-Razzano ya estaba en pleno apogeo y así fue hasta 1925, cuando se disuelve porque José tenía problemas en la voz. Y Gardel regresó de gira a España como cantor solista y con rotundo éxito. Allí grabó su primera serie de discos.
Nueve años más tarde, debutó en solitario en Francia con unánime elogio de crítica y público. París, que en ese momento era la gran vidriera, mostraba su nombre en las más importantes carteleras de la ciudad y “su” tango conquistó a los franceses. Desde allí al mundo.
La fama alcanzada entonces avivaba emociones contenidas de inmigrantes que habían venido a nuestra tierra buscando el éxito y despertaba en los criollos el orgullo de pertenecer a esta incipiente comunidad.
Siendo París la vidriera cultural del mundo y Gardel uno de sus más importantes artistas, la clase alta argentina comenzó a ver al tango con buenos ojos y al adoptarlo multiplicó los espacios tangueros en Buenos Aires. Sin haberlo buscado, Gardel fue quien unió a todos bajo una cultura común, hecho trascendental para el desarrollo de cualquier nación.
La tecnología avanzaba ya en escalada y el film sonoro le ofreció llegar desde la pantalla grande a miles de personas. El 1º de octubre de 1930 —una vez más junto a Razzano y con Francisco Canaro— firmaron un convenio para constituir la Unión Argentina, Sociedad Difusora de Obras Musicales y Cinematográficas.
Días más tarde, Carlitos inició su producción filmando cortos (antes llamados “films con Sketch” o “encuadres musicales”) y algunos de ellos tenían una breve introducción que evidenciaban el orgullo de trabajar enfatizando nuestra identidad. Sin saberlo, y pocos lo saben, éstos los primeros videoclips de la historia.
En total, filmó quince cortometrajes dirigidos por Eduardo Morera; cinco se perdieron durante su procesamiento y quedaron diez para su exhibición. Tras la aparición hace unos años de “El Quinielero”, el número once, se habrían perdido cuatro de ellos.
Anticipado y mucho a su tiempo, Gardel pretendía utilizar estas filmaciones para promocionar no solo sus canciones sino su potencial en la actuación. En comparación con ciertos avances estéticos y técnicos de este período silente, los cortos significaron un retroceso a la linealidad, por la rigidez de la cámara, la luz plana y la interpretación teatral; sabía que su futuro estaba en Europa.
Desde que arribó a Francia, Gardel se vinculó con los más importantes personajes internacionales que vacacionaban en la Costa Azul. El éxito alcanzado en los primeros meses de 1931 (sus actuaciones en el Palacio del Mediterráneo de Niza, haber compartido cartel con la famosa Mistinguett y haber conocido y tratado personalmente a Charles
, el actor más importante de la época y con quien fue profusamente fotografiado) motivó a los directores de la cinematográfica francesa Paramount, con la que firmó el 1° de mayo, el tan esperado contrato para intervenir en la película “Las Luces de Buenos Aires”, su primer largometraje sonoro.
Era tal la fascinación que causaba en el público, que cada vez que lo veían en el cine, casi a coro pedían que retrocedieran una y otra vez las escenas cantadas…
En 1933, otra hazaña: la primera grabación en discos a dúo consigo mismo. A finales de ese año viajó a Nueva York contratado por la cadena NBC y debutó el 31 de diciembre con un éxito fue rotundo.
El 5 marzo siguiente concretó otro avance tecnológico: desde New York sumó su voz al acompañamiento de sus guitarristas que tocaron en Buenos Aires. Fue la primera emisión en directo y simultánea que se podía oír de una punta a otra de América, lo que hasta hoy es considerado un hito de las comunicaciones. Quince días después, firmó un nuevo contrato con los Estudios Paramount americanos para la realización de dos películas con opción a cuatro más y obtuvo una participación en las ganancias de las exhibiciones, algo que no se le había concedido antes a un cantante.
Con ese contrato se convirtió en el artista extranjero mejor pago de ese momento y con el adelanto de ese dinero, el 24 de abril creó Éxito Productions, su propia productora. Gardel era muy exigente y obsesivo con Alfredo Le Pera al momento de escribir los guiones y las letras de las canciones, de los que tenía la decisión final.
Ya consagrado como empresario, dejaba en claro que tendría el control sobre las historias y principalmente sobre lo que deseaba proyectar de su figura. Así, filmó cinco películas en Nueva York con gran éxito en todos los cines de los Estados Unidos y se extendió a Europa y Latinoamérica.
En 1935, realizó su primera gira internacional por Latinoamérica, utilizando barcos y aviones para desplazarse, con un éxito sin precedente y el 24 de junio, en la plenitud de su carrera, falleció en un accidente aéreo en Medellín, Colombia.
Desde ese momento, el culto hacia su figura cobraría más fuerza con el paso de los años, seguramente ayudado por el vínculo que existe entre el tango y su figura: “Gardel le dio al tango, lo que el tango denota como identidad”.
En su honor, se han publicado cientos de libros y en todos los idiomas y es una de las figuras de la música popular más estudiadas: existen alrededor de 17 millones de referencias suyas en internet.
Gardel estableció el récord jamás superado de nueve películas filmadas en castellano por la industria europea y norteamericana en una época en la que ni siquiera existían los subtítulos o el doblaje. Películas que hoy son de culto y que sirvieron de inspiración a varias generaciones de directores y actores de talla internacional.
Dejó más de mil 1500 temas grabados, 900 publicados, otro récord. Cada una de esas grabaciones se consideran de culto debido a su irrepetible calidad, incluso aquellas tomas que en su día fueron descartadas por el exigente cantor.
También fue compositor de la melodía de “El día que me quieras”, considerada la mejor canción romántica de todos los tiempos en español y una de las más versionadas. Composiciones como “Por una cabeza”, “Volver”, “Lejana tierra mía” y tantas otras que son de su autoría constituyen referentes universales.
Introdujo técnicas de canto y de composición que fueron fuente infinita de inspiración para millones de cantantes como Bing Crosby, Frank Sinatra, Enrique Carreras, Joan Manuel Serrat y muchos más.
En 2003, la UNESCO incorporó al Programa Memoria del Mundo de la UNESCO la voz de Gardel y toda su obra, como Patrimonio Cultural de la Humanidad.
Fue amigo de Charles Chaplin, Lucienne Boyer, la Mistinguett y Maurice Chevalier. Todos alababan su arte y por ello se convirtió rápidamente en el argentino más famoso en Francia… En nuestra historia, hay un antes y un después de su éxito, ya que fue el primero que llevó nuestra música, identidad y cultura a todo el mundo, otorgando el sentimiento de orgullo de pertenencia a una sociedad, allanó el camino a quienes lo sucedieron.
Después de su trágica muerte, todos siguieron deseando ser Gardel y preservar su permanencia como mito o algo místico.
*Walter Santoro es director Ejecutivo de la Fundación Internacional Carlos Gardel
Fuente: Infobae