Del libro «El humor y la cocina» de Don Luis Landriscina, compartimos el siguiente texto:
Y hablando de fiestas, cuando llegan las Fiestas de la Nochebuena y el Año nuevo suelen pasar cosas.
Resulta que tenía un amigo mío, santiagueño él, al que la mujer lo emplazó porque llegaban las Fiestas y no y no había nada en la casa para comer
Entonces le dijo:
–Che, esteee… Mario… ¿sabés que fecha es hoy…eh…?
–No sé qué fecha
–Veintitrés de diciembre. Mañan, veinticuatro, es Nochebuena, y pasado Navidad… y vos sabés más o menos cómo gastamos para las Fiestas Así que ya mismo salís a buscar una changa pa´ volver con algo, o, si no, no vuelvas acá, ¿eh?, porque vos no vas a venir a comer de arriba acá.
Y así ha salido el pobre Mario. Y cuando iba cruzando un campito, che, vio unas gallinas pastando. Entonces se le cruza el maldito por la mente, ah, y ahí nomás descuelga un gajo de guayacán, le saca las ramitas finas, le calcula el peso, ve que más o menos tiene como para ser contundente, y encara para el lado de las gallinas y entra a darles garrotazos.
Pero cuando ya tenía como cuatro desparramadas, aparece de pronto el dueño de los animalitos:
–¿Che! -le dice- ¡qué está haciendo con mis gallinas?
Y entonces se lo queda mirando el Mario con cara de extrañado:
–Ah! -exclama- ¿porque sean suyas va a dejar que me picoteen?
Para continuar dibujando una sonrisa en estas fechas, escuchamos a Don Luis Landriscina con un tradicional relato: