Jardin de Noticias

La bonita vecindad

Rafaela

LO QUE DEJO EL CORSO SOLIDARIO

Participar cada vez que podemos y sumarnos a esa patriada solidaria desde la inclusión y la cooperación nos moviliza y nos hace sentir felices.
El lunes 27 de febrero pasado estuvimos en el corso solidario con las históricas bicicletas de la antigua Casa Rigoni de Rafaela. A pesar de la escasa difusión en los medios de comunicación tradicionales que tiene esta actividad autogestionada por el Centro Cultural y Social Estación Esperanza (porque ellos se manejan solamente con redes sociales), reunieron a miles de personas sin fuerzas de seguridad, sin cintas de precaución, sin vallas de contención.
Con los vecinos en la vereda sentados frente a sus casas, con mesitas y sillas, cenando tranquilos, los demás asistentes parados o en sillones a lo largo de las tres cuadras que ocupó el desfile.
Muchos llegaron con alimentos no perecederos ya que cumplían así con la consigna de la actividad. Todos cuidan, todos acompañan, muchos trabajan en la comisión, además, entre los que se contaban vecinos del asentamiento Villa del Parque, que son acompañados todo el año por la organización social y esta vez eran ellos los que colaboraban dando sus manos generosas.
Centenares de chicos de distintas edades revoloteando entre los payasos ciclistas en busca de un caramelo. Y los padres -casi todos provistos de su teléfono en estos tiempos- tomándonos fotos a decenas como nunca nos había sucedido, dándonos sus bebés y sus pequeñas y pequeños para que los tuviéramos upa mientras hacíamos muecas graciosas en cada imagen.
Arreciaban los relámpagos por los cuatro puntos cardinales en un momento de la noche cálida por demás, pero todo era música, color, diversión, murgas y comparsas.
Y el Dios Momo marcó su presencia dando punto final al corso a pesar del chaparrón.
Este año nos pareció más dinámico todo. Eso sucede únicamente allí. Ese paisaje no tiene nada que ver con otro que habla solamente del éxito medido en asistencia de público.
Ocho ediciones del carnaval solidario no es poco para una entidad que desde la autogestión hizo su historia a fuerza de perseverancia, trabajo social y pertenencia.
Estación Esperanza lleva una década generando desde el bajo perfil un aporte muy destacado para los que más necesitan y no reciben más que de esta entidad.
Nosotros con el equipo de las bicicletas tenemos el propósito de seguir manteniéndolas originales como hace 60 años las hizo Pancho Rigoni y comprobar que sigue siendo una atracción para todos en estos espacios de contacto directo con la gente. Y muchas personas que rigen los destinos de la comunidad eso no lo saben. Si hasta padrino tenemos a partir de este año en el equipo de ciclos históricos.
Pero a los rafaelinos nos están faltando máscaras sueltas, cabezudos, atracciones mecánicas, autos locos, carros alegóricos, carrozas y todo aquello que supieron ofrecernos desde la originalidad de cada año los viejos carnavales rafaelinos incentivados por proyectos culturales del momento. Para que el humor, el grotesco y la ironía cumplan con el rito pagano como debe ser.

Colaboración de «El de la bici loca luminosa y su equipo».

Fuente: http://diariolaopinion.com.ar/noticia/174607/la-bonita-vecindad