Unas escrituras que nadie consigue interpretar… y cuya información podría perderse para siempre.
La Biblioteca Oriental de Manuscritos del gobierno en Chennai, en el sur de India, conserva más de 70.000 manuscritos hallados y desenterrados de diferentes lugares.
La colección es considerada de suma importancia, dado su tamaño.
Pero entre todos aquellos manuscritos hay algo que llamó especialmente la atención de los expertos.
Se trata de una extraña escritura antigua, en una lengua que nadie pudoidentificar hasta el momento.
«No tenemos esta escritura registrada. Está escrita en hojas de palma y vino con el resto de la colección cuando nuestra biblioteca abrió, en 1869,» afirma el bibliotecario Chandra Mohan.
«Nuestra biblioteca guarda 50.180 manuscritos de valor en hojas de palma, 22.134 manuscritos en papel y 26.556 obras de referencia.»
De estas, más de 49.000 están escritas en sánscrito, mientras las escritas en tamil rondan las 16.000.
Muchas de las valiosas hojas de palma y las láminas de acerode la biblioteca son parte de la colección privada del coronel Colin McKenzie, el primer topógrafo general de India.
McKenzie llegó a India en 1783 con un marcado interés en las matemáticas y las lenguas.
«Él hizo que parte de su personal viajara por todo el país, especialmente por el sur, para recolectar estas escrituras», comenta Mohan durante una entrevista con el diario The Hindu.
La colección incluye obras de literatura, historia, medicina y naturaleza, pertenecientes a varios períodos históricos.
Todos los manuscritos bajo un mismo techo
Mckenzie murió en 1821 y la compañía East India compró su colección.
Esta fue agrupada en tres partes y una de ellas fue enviada a Chennai, en el sur del país. Mientras, otros dos trabajadores de la compañía tenían su propia colección.
Fue un profesor de sánscrito de la Universidad Presidency de Calculta quien jugó un rol crucial en reunir toda la colección bajo el mismo techo.
Pero ese techo fue cambiando y, hace poco tiempo, la biblioteca estrenó ubicación al pasar al piso siete de la Biblioteca Anna Centenary, en Chennai.
La biblioteca alberga manuscritos en distintas lenguas, que incluyen el telugu, el urdu y el persa.
Estudiosos de todo el mundo visitan la biblioteca cada año para analizar e interpretar la información que contienen estos documentos.
Posibles conexiones con el sigo XVI
Fue uno de los académicos que visitó la biblioteca en 2008 quien se encontró con unas escrituras no identificadas e hizo una suposición.
«Él creía que los manuscritos habían venido de Karnataka y que lo más probable era que pertenecieran a la época de Krishnadevaraya,» recuerda Chandra Mohan.
Krishnadevaraya fue un guerrero del sigo XVI, quien gobernó el antiguo imperio indio de Vijayanagara durante casi dos décadas.
Pero rápidamente advierte que «no hay forma de comprobar la afirmación del científico«.
La escritura no identificada se extiende por cuatro páginas y se encuentra en la sala de exhibición de la biblioteca.
«En 1965 publicamos un anuncio en un periódico regional y convocamos a lingüistas y académicos a que nos ayudaran a identificar las escrituras, pero no obtuvimos ninguna respuesta», dice Mohan.
¿Podría un visitante ayudar a decodificarlo?
La biblioteca reúne esfuerzos actualmente para preservar tanto el manuscrito misterioso como el resto de los que la biblioteca atesora.
Una combinación de métodos químicos y manuales están siendo usados para evitar su deterioro.
«Cada tres meses usamos aceite de citronela para preservar las copias,» dice Mohan.
«También hemos incorporado tecnología moderna y hemos podido laminar varias escrituras, además de nuestros esfuerzos de digitalización y transcripción.»
La autoridades del estado concedieron US$45.000 a la biblioteca para que pueda modernizar y digitalizar su contenido.
El remozamiento probablemente haga más entendibles las escrituras. Pero ¿podría esto llevar a su identificación?
«Quizás en algún momento en el futuro un académico será capaz de interpretar estas escrituras. Si no, toda esta información se perderá.»