Imagen: Ramiro Ghigliazza
El recorrido de los restos de José de San Martín tras su fallecimiento en Francia, fecha que se conmemora este 17 de agosto.
Fallecido el general José de San Martín el 17 de agosto de 1850, a los tres días sus restos llegan a la iglesia de San Nicolás, en Boulogne-sur-Mer. Después de las oraciones fúnebres se los conduce a la catedral en cuya cripta quedan depositados hasta el año 1861.
El 21 de noviembre de 1861, se trasladan los restos del Libertador a la bóveda de la familia Balcarce, en el cementerio de Brunoy, los que reposarán en ese sitio hasta 1880.
En agosto de 1864, se sanciona la ley por la que autorízase al Poder Ejecutivo para hacer los gastos que demande la traslación, a la República, de los restos del benemérito brigadier general José de San Martín. El legislador Martín Ruiz Moreno había cerrado su fundamentación en la Cámara de Diputados de la Nación diciendo: «El general San Martín fue quien conquistó nuestra independencia, el que dio vida como nación a la república, de manera que nadie con más derecho que la República Argentina para guardar sus restos: poseer su corazón, no es bastante».
El 5 de abril de 1877, aniversario de Maipú, el presidente Nicolás Avellaneda insta al pueblo a repatriar los restos del Libertador: «Las cenizas del primero de los argentinos, según el juicio universal, no deben permanecer por más tiempo fuera de la patria […]. Los pueblos que olvidan sus tradiciones, pierden la conciencia de sus destinos, y los que se apoyan sobre tumbas gloriosas, son los que mejor preparan el porvenir.» El pueblo argentino respondió generosamente y mediante colectas populares y fondos nacionales se construyó su mausoleo en la catedral.