El creador de «La hora del cierre» del diario El Tribuno de Salta.
A poco que el periódico cumpliera 18 años de vida, más precisamente el 1 de diciembre de 1967, nació la tercera columna permanente del diario: «La hora del cierre». Su redactor era «Tombolito», seudónimo de Tomás Ubaldino Mena. Según el mismo contó en un reportaje que le hiciera su colega Sergio Gareca, el autor del apelativo había sido del gerente del Banco de Préstamo, «Pinki» Alurralde. «Esa institución pagaba un aviso en la columna que entre otras cosas, daba los resultados de los juegos de azahar que organizaba el Banco. Entre ellos la tómbola y de ahí «Tombolito». Y así fue que para la inmensa mayoría de los salteños, don Tomás Ubaldino Mena pasó a ser definitivamente «Tombolito».
En 1946 ingresó como linotipista del diario «Norte» pero a poco su vocación lo llevó a trocar la linotipo por una máquina de escribir. Por entonces, «Norte» estaba en Deán Funes 92, la misma casona que a partir de 1956 albergaría a El Tribuno, diario al que Mena se incorporó en 1951 y cuando sus dueños eran el Partido Peronista, Emilio Espelta y Jaime Duran.
Luego de su detención, logró un «record» como solía recordar: «En 29 días conocí la picana eléctrica y cuatro cárceles: Villa Las Rosas (Salta), Caseros (Bs.As.), Río Gallegos (Sta. Cruz) y finalmente Ushuaia (Tierra del Fuego), la cárcel más austral e inhumana del mundo».
Pero un año después, el 1° de mayo de 1959, nuevamente es detenido, ahora por haber pronunciado un encendido discurso en el acto organizado por la CGT por el Día del Trabajador. Un Consejo de Guerra lo juzgó y condenó a seis años de cárcel a cumplir en la prisión militar de Magdalena y de la que se fuga en 1961, logrando alcanzar las costas del Uruguay. De allí regresa en 1965 cuando la amnistía dictada por el gobierno del presidente Dr. Arturo Illia.
Sobre su columna, Tomás Mena contó una vez que «la idea inicial era poner (la columna) en la contratapa del diario y como dice su nombre, con las últimas noticias de la jornada, en forma breve, casi telegráfica…».
Fue tan popular su columna que muchos lectores de ojito, mingaban una hojeada del diario solo para leer y deleitarse con el cuento del «Tómbolo», fanático de la pesca.
«Resulta que un día de agosto el viento derrumba la pared medianera que separa el Paraíso del Infierno. Cuando San Pedro dispone levantarla de nuevo y pagarla a medias, el Diablo no quiere saber nada. Entró a chicanear tanto el muy demonio que San Pedro convocó a reunión de Santos y Arcángeles. Ahí deciden levantar la pared por administración. Pero al mismo tiempo resuelven llevar el asunto ante la Justicia para que el Diablo pague la mitad que le correspondía. Y para eso necesitaban un abogado, así que le encargan a San José para que contrate uno. Pasan dos días, vuelve San José y dice: «Imposible conseguir un abogado». San Pedro se impacienta y dice: «¡¡No puedo creer que no haya un abogado aquí!!». Y va San José, lo mira fijo y sale diciendo: «Hermano, están todos al del otro lado de la pared».
Ese era «Tombolito», quien falleció el 6 de septiembre de 2010, a los 82 años de edad.
Fuente: Diario El Tribuno