A continuación reproducimos las palabras pronunciadas por el Capitán de Fragata VGM (RE) Ricardo Verón, quien hace 40 años era tripulante del Crucero.
Autoridades presentes, Veteranos de guerra, Veteranos del Crucero Belgrano, Familiares de los tripulantes del Crucero Ara General Belgrano.
Todos aquello que pretendan encontrar definiciones conceptuales o explicaciones racionales para la guerra, con toda seguridad buscarán en vano por un lado aparecen en toda guerra la lealtad, el coraje, y la valentía. Y por otro la negación de la naturaleza humana, con la violencia, el sufrimiento, la muerte, en el empeño por doblegar al enemigo. Estrategias que solo conocen las teorías, tratan de darnos juicios y definiciones que demuestran la más absoluta ignorancia de todo lo que vivimos los que allí estuvimos. o aceptan que el comportamiento humano se hace en esas circunstancias ilógico, en ocasiones indescifrable y hasta inexplicable.
Muchos de estos autodidactas de la estrategia y la táctica enuncian explicaciones evaluando las acciones y las conductas de los combatientes una vez que cesó el fuego de la artillería, el buque ha fondeado definitivamente resignado a no volver a zarpar y los acciones ya no vuelan para brindar el apoyo aéreo.
Y hoy se suman a esta nutrida cantidad de sabiondos, algunos periodistas argentinos, que desentrañan historias de relatos de dudosa veracidad, induciendo a la autodeterminación de los habitantes de las islas, sin mencionar la palabra que no les pertenece… SOBERANIA!!!
Permítanme relatarles los orígenes del crucero Ara General Belgrano, nació como uno de los integrantes de la clase brookling, participó en la segunda guerra mundial y fue destacado a Pearl Harbor, pasando por Buenos Aires en su viaje inicial. Sobrevivió al ataque japonés y participó de la campaña de Filipinas y Nueva Guinea. Recibiendo numerosas distinciones y en 1946 pasó a situación de reserva. En 1952 se incorporó a la flota de mar de la Armada Argentina.
Afortunadamente, la única verdad estuvo y estará, en el reconocimiento de la bravura, el coraje y la entrega sin retaceos de quienes defendimos los intereses de la Nación la bravura, el coraje y la entrega sin retaceos de quienes defendimos los intereses de la Nación. Como nuestros hombres del Crucero Belgrano, que demostraron que las grandes almas tienen voluntades, los débiles solamente deseos y cuando el camino se hace duro, solo los duros siguen caminando.
El 22 de abril del 82 toma puerto en Ushuaia, esta querida ciudad tan cara a la Armada, para reaprovisionamiento, zarpando el 24 a cumplir las órdenes de combate que se habían impartido. Ya en navegación, cuatro días más tarde se incorporan integrando la Fuerza de Tareas el destructor ARA Piedrabuena y el petrolero Puerto Rosales y al día siguiente hace el Destructor ARA Bouchard. Comenzando a formar parte de la historia de la ciudad de Ushuaia.
El 1° Mayo ejecuta sus órdenes de navegación para entrar en combate en una operación de la Flota de Mar para atacar a la flota inglesa. Una inesperada meteorología obliga a abortar la misión, y recibe órdenes el 2 de mayo de cambiar su rumbo hasta una zona de espera más al oeste. Es aquí donde, a las 16.01, al sufrir el ataque del submarino inglés Conqueror, es herido de muerte y comienza allí mismo a construir su capítulo en nuestra Historia Naval.
Nos queda la indeleble nostalgia y los recuerdos que nos seguirán alcanzando sin importar el tiempo transcurrido, quienes en distintas etapas de su dilatada permanencia en la flota de mar, formamos parte de la tripulación conocimos el abrigo, el amparo y la protección siempre en la eterna e inagotable aventura de navegar por nuestras aguas del Atlántico Sur dentro de este gigante del mar.
Una profunda sensación de impotencia y tristeza se apoderó de nosotros cuando supimos de su hundimiento.
La política del Reino Unido buscó terminar con las negociaciones diplomáticas y al mismo tiempo anular el poder de fuego de este valioso guerrero.
A quienes estábamos listos para el combate en las islas, nos embargó un profundo sentimiento de desánimo, impotencia y tristeza por nuestros camaradas caídos.
Su escudo de armas tiene la figura mitológica del Ave Fénix, aquel que resurgía de las cenizas, para volver a vivir.
Un trago amargo difícil de superar, cuando comprendimos que aquel Ave Fénix solo resurgía, a partir de ese momento, en nuestro permanente recuerdo. Desde este lugar que lo vio partir al cumplimiento de su misión de combate, a 40 años de aquel momento nos convertimos, a pesar de todo, en fervientes creyentes de la mitología del Ave Fénix.
Colocamos hoy como siempre, simbólicamente en tu costado, … mi querido crucero, las estrellas de cada uno de quienes te acompañaron … hasta lo profundo de nuestro mar.
Recordando siempre que la patria estará en deuda con todos ellos, hasta que otra nave con tu figura marinera, vuelva a navegar por nuestro Atlántico Sur tripulado por la marina de guerra.
Por último quiero compartir con ustedes, uno de los versos de la canción del Crucero:
Por tu pasión enfilaste al combate
a defender tu estirpe y tu blasón
y en la acción hirieron tu costado
sangrando en esa herida, tu viejo corazón.